Luego de que me gradué y durante los siguientes 7 años, me dediqué a la medicina “tradicional”, poniendo todo mi empeño en ofrecer los mejores cuidados y la mejor atención a los peludos que llegaban a mi consulta. Sin embargo, a pesar de mis esfuerzos y los de sus cuidadores, cada vez eran más frecuentes los casos de enfermedades crónicas en perros y gatos, como por ejemplo:
- Displasias
- Artritis
- Alergias y dermatitis
- Problemas hepáticos
- Problemas renales (estos últimos mayormente en gatos)
- Cáncer
- Obesidad
Esta situación me causaba mucha frustración. Ver día a día los mismos problemas y no hacer nada más que recetar fármacos, decir “es la raza” o “causa idiopática” es frustrante, y eso con los años pasa factura.
Fue así como comenzaron las preguntas:
- ¿Qué está pasando?
- ¿Será posible que “de repente” TODOS los perros estuvieran siendo alérgicos al alimento que habían estado consumiendo desde cachorros?
- ¿Por qué cada vez son los peludos que se niegan a comer su alimento?
- ¿Por qué están apareciendo tantos casos de insuficiencia renal en gatos tan jóvenes?
- ¿Qué tienen todos estos pacientes en común?
En ese momento comencé a cuestionarme TODO lo que creía saber. Decidí considerar otras posibilidades más allá de las que nos muestran en un salón de clases. Renuncié a solo escuchar al dogma. A seguir el patrón y resignarme a convivir con la enfermedad. Y así nació la inquietud de si realmente lo correcto era alimentar con “balanceados”.
Hace 6 años abandone la clínica y emprendí un camino sin retorno de aprendizaje continuo sobre alimentación natural. Actualmente, me dedico al 100% a educar y guiar a los cuidadores a través de planes de alimentación personalizados, asesoramiento nutricional y mi trilogía de libros “MÁS CARNÍVOROS”. De esta manera, difundo información sobre el cuidado y bienestar integral de nuestros compañeros, lo que resulta en una mejor calidad de vida.