Es sorprendente ver cómo Milo pasó de enfermarse todos los meses y de no querer comer, a estar tan atento mientras le preparo la comida y mover la colita emocionado cuando se la estoy por servir. Ya no tenemos más el problema de que no quiera comer porque le encantan sus recetas y un factor clave: ya no se ha enfermado desde que come más cosas naturales. Antes: vomitaba al menos una vez por semana, le salían verrugas, se rascaba muchísimo la piel de todo el cuerpo hasta el punto de lastimarse y tener que ir a aplicarle inyecciones para la picazón, todos los meses le daba diarrea y también había que darle antidiarreicos, y pasaba hasta 2 días sin querer comer el «balanceado». El punto clave fue cuando le empezaron a mandar pollo para parar las diarreas y ni eso quería comer después de varios días. Llegué a sentir que estaba muy enfermito y se me podía morir. Llame a Vero una tarde, casi llorando, desesperada porque no sabía qué era lo que estaba haciendo mal. Desde la ignorancia trataba de darle pollo y arroz con su balanceado. Ahora: entiendo gracias a todas las sugerencias de Vero y de su acompañamiento semana tras semana cómo debe comer Milo, todas las combinaciones que le hacen bien a su organismo y que realmente disfruta. Ya se nota que es un perrito de 1 año y medio súper sano, ¡hasta el pelaje se le ve con más VIDA! Y no solo la comida, también aprendí que tenemos un vínculo muy fuerte con él, que sabe cuándo estamos tristes o estresados porque cambia su comportamiento, y que eso también es parte de su salud y que hay herramientas para manejarlo, además de ir entendiendo un poco de lenguaje canino para saber qué le gusta y qué no (todo para seguir aprendiendo). ¡Gracias Vero! Escribo esto con lágrimas de felicidad, de recordar todo lo que hemos avanzado y mejorado desde hace apenas unas semanas hasta hoy que ya empezamos con sus últimos ajustes alimenticios. Y gracias también por recordarme que puedo volver a escribirte aunque haya finalizado el tiempo de transición a su nueva dieta, eso habla de tu gran vocación. No tengo más que una sensación infinita de GRATITUD hacia ti, por enseñarme a curar notablemente la salud del «peludito» de nuestra «manada». ¡Te mando un abrazo!

Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial